Jordan siempre será Jordan y James siempre sería James...
Michael Jordan es el mejor por el hecho de tener seis de 6 campeonatos...
LeBron James acaba de ganar su cuarto anillo (con el MVP). Lo ha hecho con los Lakers después de sus conquistas en Miami (2) y Cleveland (1). Por tierra, mar y aire se podría decir, en el Este y en el Oeste, en la Burbuja, donde fue muy difícil por el contexto, y fuera de ella, dominando una serie, como las Finales que acaban de terminar ante los Heat, o remontando, como el título de 2016. Es el jugador de la década en la NBA. No hay debate sobre eso. La pregunta inevitable que surge para el nativo de Akron (Ohio) de 35 años es ¿si se puede sentar ya en la mesa de Michael Jordan? ¿Es el mejor de la historia? Responder es peligroso y conflictivo, siempre hay cierta subjetividad y muchos componentes afectivos y emocionales. El hándicap temporal es evidente, no son Messi y Cristiano. Ellos han jugado en dos épocas distintas y valorarlos a la vez es injusto por definición.
Michael Jordan
1. Michael Jordan ganó seis anillos en seis Finales con los Bulls alimentando una aureola de infalibilidad que siempre le acompañó a ojos de los aficionados de las últimas generaciones, que se quedaron con lo más agradable. Memoria selectiva se llama. No siempre fue así, por supuesto. También perdió muchas batallas antes de alcanzar la alquimia necesaria en Chicago con una plantilla cualificada, con fichajes estratégicos de Krause como Pippen, Grant, Kukoc, Rodman, Harper, etc, y el libreto enciclopédico de Phil Jackson. Cuando lo hizo, cuando entendió que la fuerza estaba en el nosotros, ganó siempre. Y ya no le hacía falta disfrazarse de Dios. Con ese traje del Boston Garden había perdido.
2. Llevó al cielo a la NBA en los 90 después de que Magic Johnson y Larry Bird la sacaran del coma con la rivalidad Lakers-Celtics y el impulso de un hábil e imaginativo dirigente llamado David Stern. Su legado es inmenso. La Liga pasó a convertirse en la competición de baloncesto más seguida del mundo, arrancó el fenómeno que es hoy en día.
3. Prodigioso anotador, bonito de ver, con una plasticidad de movimientos que evocaba a un ángel con una pelota de baloncesto y una extraordinaria determinación y personalidad, Jordan rompió cualquier molde y se convirtió en el modelo, el David de Miguel Ángel para un deporte bello y físico, para deportistas que vuelan y corren, que pelean por conquistar centímetros, que sortean trampas y que deben tener al mismo tiempo fuerza y puntería, habilidad y técnica, agitación y concentración, deseo y cerebro. Un juego de dioses. Jordan, incluso en su estatua del United Center en Chicago, parecía desafiar a la gravedad.
4. Jordan fue tan grande que se retiró en la cúspide porque le dio por jugar al béisbol durante un año y medio, y cuando reapareció y volvió a adaptar su cuerpo a las exigencias físicas del baloncesto (que no son las que demandan el bate y esos campos de gloria), ganó otra vez. Es un caso único de competitividad al más alto nivel.
5. Convirtió el deporte en una industria lucrativa en torno a la imagen del ídolo de la que ahora también se benefician LeBron y otras súperestrellas. Este negocio de camisetas y zapatillas lo inventó él. Solo Babe Ruth en los años 20 se le puede parecer.
Atacando a Michael Jordan
1. Mientras fabricaba anillos, Jordan no se enfrentó a ningún equipo de época porque el equipo de época fue el suyo. Los Pistons de Isiah Thomas, que ganaron dos anillos, tumbaron a Jordan tres veces. Los Bulls, en las Finales, se las vieron con Magic (en su ocaso con los Lakers) con Barkley (Suns), con Drexler (Portland), con Kemp y Payton (Sonics) y con Malone y Stockton (Jazz). Fueron casi todos jugadores míticos, no así sus equipos. Nunca se midió a los Warriors, que han cambiado el baloncesto para siempre. Steve Kerr, que jugó con Jordan en los Bulls, cree que Golden State ganaría a Chicago.
2. Sí, el baloncesto era más duro que ahora, y se permitía mucho más contacto, incluso cierta violencia (recomiendo ver 'Celtics-Lakers, los mejores enemigos', en Movistar), pero tampoco los Bulls se comportaban como Bambi. Cuando aprendieron a 'pegar', dominaron la conferencia. Los Bad Boys de Detroit llegaron a morder el polvo.
3. Con Jordan queda la duda de si hubiese sido capaz en otro equipo. LeBron ha demostrado que es posible trasladar la grandeza. Lo hizo en Miami, en Cleveland y ahora en los Lakers. Su experiencia con los Wizards no debe contar como baremo.
4. Jordan dominaba con su liderazgo, era una máquina de anotar (10 veces top de la NBA) y un gran defensor (nueve veces en el mejor quinteto), pero tampoco destacaba tanto en otras facetas del juego. No es tan todoterreno como LeBron, era un finalizador. Pasaba peor que James, generaba menos, más allá de su ingente producción, y tampoco reboteaba tanto.
5. Hasta la retirada, nunca se involucró en los problemas de la sociedad, ni en los de su comunidad, ni fue un activista. Lean lo que cuenta de él un ex-compañero Craig Hodges. Jordan pudo ser más que Ali y Babe Ruth, y fue menos que el primero.
LeBron James
1. Lo decía al principio del texto. LeBron ha sido campeón en los tres equipos en los que ha jugado. Toca poner en valor su omnipresencia, que haya sido capaz de liderar tres proyectos de muy diversa índole para conseguir el anillo. Lo hizo con tres entrenadores distintos (Spoelstra, Lue y Vogel) que no habían ganado el campeonato hasta dar con él. Digamos que lo más 'sencillo' fue lo de Miami junto a Bosh y Wade, en una franquicia que ya sabía ganar. Pero lo de Cleveland ante los Warriors resultó una gesta en fondo y forma: primer título en la historia del equipo tras una remontada inédita en las Finales (perdían 1-3). "El que no esté convencido de que esto se puede ganar, que no suba al avión", dijo tras caer en el cuarto encuentro. Lo ha hecho ahora en los Lakers, que llevaban 10 años sin ser campeones, desde la época de Kobe y Pau.
2. Son abrumadores sus registros en playoffs, los partidos serios. Es tan excesivo como asombroso. James es primero en el ranking histórico en puntos, partidos, robos de balón, victorias y minutos jugados; segundo en 'triples-dobles' (primero en las Finales) y triples; tercero en asistencias... Inaudito. Ha sido MVP de las Finales con tres equipos distintos, caso único en la historia.
3. Su resistencia al paso del tiempo habla de un jugador con una genética privilegiada y al mismo tiempo de un hombre con un gran afán por los cuidados y tratamiento que alargan el rendimiento de los deportistas, por la perdurabilidad. LeBron ha estado pendiente de todo, hasta del sueño. También se ha preocupado de mejorar su repertorio temporada tras temporada. Ya no sólo anota en la zona, ha ido alejándose del aro con mejores porcentajes, el triple dejo de ser un enemigo para él y acaba de ser el mejor asistente de la temporada. Es admirable su evolución siendo el jugador que era de origen. Las primeras Finales que jugó fueron en 2007. Trece años y 9 Finales más después sigue dando batalla. Tiene 35 años. Son los mismos que tenía Jordan cuando dejó de jugar con los Bulls. A James no se le adivina declive.
4. Lo ha dicho Isiah Thomas. "Es el jugador más completo de la historia". Isiah odia a Jordan, pero tiene razón. Nadie ha destacado tanto en tantos apartados estadísticos como LeBron. No ha sido tan anotador como Jordan, pero sí mejor distribuidor (y generador) de juego y reboteador. En el quinto partido de las Finales lideró a los Lakers en puntos (40), rebotes (13) y asistencias (7). Es la duodécima vez que hace esto en unas Finales, más que nadie en la historia de la NBA.
5. LeBron sí ejerce de líder para la comunidad a la que pertenece. Dirán que esto no es deporte. Pero justo ese tipo de actitud tan comprometida es lo que convierte a las estrellas del juego en referentes mundiales. Su responsabilidad social es sobresaliente. Lo ha demostrado en la Burbuja.
Atacando a LeBron James
1. Simple (y puede que infantil también). LeBron ha jugado 10 Finales y ha ganado cuatro. No llega ni al 50%. Tiene mérito tanta presencia (sólo le superan Bill Russell y Sam Jones), pero su acierto a la hora de lograr anillos, por unas cosas u otras (lesiones de 2015 de Irving y Love, rivales históricos como los Warriors) no ha sido tan grande como fue el de Jordan.
2. 'The King' no tiene la culpa de tener un físico de dibujos animados, pero la pregunta sería: libra por libra, como en el boxeo, ¿quién sería mejor? ¿Jordan o LeBron? Seguramente el primero. ¿Sería LeBron tan bueno con el físico de Jordan? Creo que no.
3. Jordan marcó el camino. LeBron le siguió. Para muchos de sus 'haters' (y tiene muchos, que incluso le condenan por la jugada de Green, perfecta en todo salvo en la ejecución de Danny), James no deja de ser un imitador de lo que hizo en su día Jordan. También le pasó a Kobe. Seguro que no habrá otro LeBron ni otro Kobe, pero el canon hoy por hoy lo establece Jordan.
4. La NBA de ahora, que es maravillosa, no es la de los 80 y 90, que era maravillosa y más de verdad. Por el perfil de sus jugadores es mucho más física y dinámica, pero, salvo 50 elegidos, hay menos talento y riqueza en el juego. En la época de Jordan, la NBA era más elitista y exclusiva que ahora. Costaba más llegar hasta allí. Piensen en lo que fue la aventura de Fernando Martín, una estrella europea. Hoy gobiernan los cuerpos por encima de las cabezas, los 'highlights' por encima de las pizarras. De eso se ha beneficiado un jugador superdotado entre superdotados como LeBron.
5. Hay intangibles a los que no puede llegar James, más rudo que Jordan, menos estético, menos celestial. Un coloso sin duda, pero quizá más artificial, como sacado de una película. Por cierto, la de Jordan tuvo un final extraordinario en Utah. La de James aún se está rodando.
Todo lo anterior es discutible por supuesto. Habrá decenas de argumentos en favor y en contra de uno y de otro. Mi opinión, si interesa a alguien, es que LeBron James, integrante de mi top 5 histórico con Magic, Kobe, Jordan y Jabbar (mil perdones a Larry Bird), puede sentarse en la mesa del mito de los Bulls perfectamente, pero todavía será Michael Jordan quién se encargue del menú...
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