La leyenda de las rocas de Moeraki
Envueltas en leyendas...
Las rocas o piedras redondas de Moeraki son una atracción turística natural de la Isla Sur de Nueva Zelanda en la ruta desde Oamaru a Dunedin.
Los cantos rodados de Moeraki son formaciones rocosas y se encuentran en la playa Koekohe en el norte de Otago. Parecen esferas de roca de otro mundo que fueron cortadas por la mitad y arbitrariamente colocadas en la playa. Muchas líneas y grietas las hacen parecer caparazones de tortuga.
De hecho, algunos visitantes discuten sobre muchos teorías sobre el origen de las rocas mientras pasea por la playa. Algunos sugieren que aterrizaron allí después de una explosión volcánica, otros se refieren a ellos como los huevos de dinosaurios/dragones o incluso van más lejos diciendo que tienen algo que ver con los extraterrestres.
La explicación científica detrás de las rocas, aunque menos glamurosa, es sin embargo muy fascinante: las rocas son el producto de los sedimentos que se acumularon en el fondo del mar hace 60 millones de años. Con el tiempo, la erosión costera reveló lo que los científicos llaman concreciones septarias. Todo un nombre de fantasía. En este ambiente mágico, casi suena como un conjuro.
Pero, más importante aún, una leyenda maorí rodea a estas esferas místicas en la costa este de la Isla Sur. Leyendas maoríes hablan de una gran migración, cuando sus ancestros viajaron de su patria de Hawaiki a Aotearoa en más de 40 wakas grandes (canoas).
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